Capítulo a capítulo, este libro, nos presenta especies que podrían contribuir a la diversidad alimentaria del comensal, a la gastrodiversidad y mante de la buena mesanos tienta con recetas para gustarlas. Si bien hay una breve historia de cada alimento, su preocupación es sanitaria, por eso nos acerca la composición nutricional y los aportes para una alimentación saludable. Aunque no hace focoen el sistema productivo, entiendo que el propósito no es que estas especies entren en la maquinaria perversa del sistema actual, sino que las ofrece como alternativas, como opciones, que podrían ir en contra de la cultura alimentaria imperante en ese sentido entiendo las sugerencias sobre la flora silvestre y la caza, intentando encontrar un equilibrio entre las demandas conservacionistas y lay la necesidad de las poblaciones locales, en busca de alternativas económicas coherentes con las tradiciones ancestrales, pero que den cuenta de las circunstancias económicas, políticas y culturales de cada región en el presente. Este llamado al diálogo en alimentación es por demás extraño, ya que se trata de un ámbito donde imperan los etnocentrismos solo nosotros sabemos comer,dicen todos y cada uno de los pueblos acerca de su mesa, por supuesto la única y la mejor, las verdades absolutas de las ciencias, que se autorizan a decir cómo fue, es o debe ser la alimentación humana, la tiranía de la producción, del ingreso o del gusto. El contenido de este libro parece estar invitándonos al diálogo entre lo olvidado y lo impuesto, entre alternativas productivas, entre alimentos salvajes y domesticadosy en el lugar más apropiado: la mesa. ¿Sabremos aceptar el desafío? ¿Podremos construir gastrodiversidad? ¿Podremos cambiar las relaciones sociales que llevan a que comamos mal y al mismo tiempo estemos devorando el planeta?
