Cuando la noche más temible oprime al mundo, es tiempo de profetas. Profetas con destinos dispares, profetas sin tregua. Ghalas Mildir arrastra una pesada carga sobre sus hombros. Las revelaciones del lekhim Dukail lo han amedrentado y ya no ve claro su destino. La guerra lo empuja a un viaje peligroso: ha de cruzar las murallas que muy pocos humanos en los últimos tres siglos abandonaron. Sus compañeros le siguen, pero conscientes de sus propias dudas, ven debilitada su fe. Drael Modor, conocido ahora como Lord Vodeghan, tiene bajo su bota al reino de Corella. Mas pronto comprenderá que una cosa es conquistar y otra muy distinta gobernar. El rey Hre planea recuperar el poder los caballeros se preparan para un contraataque. Y los aliados escasean. ¿Ha de confiar en Lurién quien lo salvó cuando su vida se extinguía? ¿Debe cuidarse de Mograd el encapuchado que ya ha probado su deslealtad? Sólo existe un ser que hasta el momento le ha sido completamente sincero: Minhaz Gir. Y no sólo en Andurien se oyen vaticinios. En los Picos de la Desolación las huestes de Van Landir se han puesto en camino, dispuestas a aplastar Andurien para siempre. En lo profundo de las cavernas algo empieza a despertar. Cientos de tribus se sacuden en sus ciudades. Los profetas pululan por todas partes y, al parecer, una sola bandera tienen en común: el fuego. Prepárense para el electrizante desenlace de Nubilum...
