Margarita resuelve hacerse pechos nuevos para dar muerte a la rutina que la asfixia y aliviar su menopausia. Angelina se desespera por atrapar un marido que acabe con su soltería aunque, precavida, huye de un viudo obsesivo. Paula se topa con un viejo amor en una red social. Silvia reniega de la monogamia. Alicia pide auxilio ya que su esposo acaba de jubilarse. A Virginia un hombre la olvidó bajo la cama después de hacer el amor. Inés enfrenta los contratiempos de intimar con un vecino. Ya en la mediana edad, estas mujeres encaran la vida con humor. Se sienten comestibles metáfora perfecta para autoconvencerse de que lo mejor está por llegar. En el camino conversan de todo. De las cremas antiage, las bacterias del yogur, los manuales de autoayuda, o de cómo las abandonan, irremediablemente, el color del cabello, el calcio de los huesos, la fertilidad o el contorno de la cintura. La prosa de Claudia Costanzi es fresca, natural, irreverente. Las pintorescas mujeres cuentan historias en reuniones de amigas en las que algún varón es coprotagonista, bajo una premisa esencial: Escuchar, reír, divertirnos y divertir, apagar los celulares, respetar la diversidad, ser absolutamente francas y, por sobre todo, un poco locas El camino es la palabra. Porque como dice la autora, el simple hecho de hablar nos hace felices por un rato y permite que expresemos las emociones con maestría. Es por eso que las mujeres nunca hablamos demasiado Claudia Costanzi nació en Córdoba en 1961. Se graduó en la Escuela Superior de Turismo y Hotelería de la Provincia de Córdoba y en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNC. Ejerció actividades en el rubro turismo y como abogada litigante. Colaboró en el periódico Comercio y Justicia para la Sección Justicia. Actualmente trabaja en el Ministerio de Industria, Comercio, Minería y Desarrollo Científico Tecnológico. Obtuvo el Segundo Premio en Narrativa en el XXXVI Concurso Internacional de Poesía y Narrativa La Fuerza de la
