Madrid, Segunda República. Lucía Oriol es una joven mujer casada cuya vida se complica el día que acompaña a su padre al notario. El padre de Lucía tiene problemas de liquidez y vende un piso de la calle Rosales a Francisco Anglada, un hombre muy acaudalado que posee muchos negocios. Así, en el notario, Lucía y Fran se conocen y se enamoran irremediablemente. El mismo día, terminan haciendo el amor sobre el suelo del piso vacío. Francisco Anglada es viudo y tiene una hija adolescente, Jimena, a la que instala poco tiempo después en el piso de Rosales. La ha separado así de su tío David, un ex sacerdote que se ha quedado en el pueblo al cargo de las fincas de la familia. David se ha encargado de criar a la pequeña hasta entonces. Jimena llega a Madrid con dieciséis años es una joven muy bella, pero con muy mala salud y de carácter difícil. En Madrid se matricula en la Facultad de Filosofía, donde conoce a Pere, un chico de baja extracción social que la maltrata y abusa de ella, pero de quien no quiere separarse. Junto a Pere, Jimena recorrerá el agitado Madrid republicano previo al estallido de la guerra. El joven será la pesadilla de Francisco y, por petición de su hija, rogará a su hermano David que acuda a Madrid para ayudarle. Cuando parece que la situación no puede empeorar, los altercados en Madrid se recrudecen, los peores días de la guerra se ciernen sobre la ciudad, y Lucía se queda embarazada, pero no sabe si el padre es Fran o su marido. Jimena, por otra parte, se declara a su tío David, que tiene la conciencia dividida entre su obsesión por su sobrina, que le recuerda al gran amor de su vida, y la fuerza de un tabú demasiado terrible para desvelar siquiera con un beso. La explosión de la Guerra Civil será también el detonante para que el destino de los personajes quede sellado. Una novela repleta de intrigas y pasiones, con el Madrid prebélico como telón de fondo.
