En los 90 el 4 de los trabajadores registrados tributaban impuesto a las ganancias en 2000, con la reforma de las escalas, se elevó al 9 en la actualidad ronda el 25 . El dato es contundente. Por esa razón genera no pocas fricciones entre el gobierno y las organizaciones sindicales. De todos modos, los números alientan un debate económico. Nada dicen sobre si el Estado tiene derecho a confiscar parte de los salarios de los trabajadores. En este libro se presenta una tesis indispensable para analizar un tema de estricta actualidad: confundir salario con ¿ganancia¿ es confundir trabajo en relación de dependencia con capital, algo que la ciencia económica y la ciencia jurídica han diferenciado desde hace más de doscientos años. El autor hace especial hincapié en ¿la forma ilegal en que el Estado aplica este impuesto sobre la clase trabajadora, utilizando índices incorrectos, no actualizando las escalas y elementos que componen el tributo según lo establece la ley e impidiendo el derecho al ajuste por inflación¿. El presente ensayo se introduce en lo que el autor denomina la injusticia de que el peso tributario recaiga sobre el consumo popular, los trabajadores registrados y los recursos de la seguridad social. El salario no es ganancia es un trabajo esencial para entender un fenómeno que cada día afecta a una mayor proporción de argentinos que, hasta la lectura de este libro, creerán que no tienen herramientas para defenderse más allá de la protesta gremial.
