Your cart
No hay más artículos en su carrito
Envios a todo el país
Retirá gratis en nuestras sucursales a las 48hs de realizada la compra
Lo más interesante que se originó en el cruce entre arte conceptual y feminismo a principios de los setenta no fue la larga cadena iconográfica de mujeres disfrazadas de hombres, o con añadidos fálicos. Reversiones especulares que en vez de desplazar reforzaban el estereotipo social que asigna la identidad sexual a un destino anatómico, transposiciones de atributos que no modificaban la concepción binaria de la diferencia de género. Lo más interesante se originó en aquellas pocas obras que estudiaron la historia de la representación visual occidental como un lugar de reparto desigual de roles, un dispositivo basado en la distinción de un sujeto autor que mira y un objeto de atención.La teoría acerca de la mirada masculina y su contraparte, la objetificación sexual de la mujer, proveniente de los estudios feministas sobre el cine, aportó a las artistas un marco metodológico.Las primeras obras exhibidas de Ananké Asseff revelan una inequívoca adscripción a esta línea histórica conceptual. La artista irrumpió a fines de los noventa en el escenario artístico local con una producción sorprendentemente madura y decidida.
ASSEFF ANANKE
Sin reseñas