Este libro aborda una temática elusiva, la de las clases medias. La delimitación conceptual, y mucho más la empírica, es un terreno lleno de controversias. En América Latina, la ciencia social ha abordado este campo de estudios a lo largo del tiempo desde diferentes ópticas, sin arribar a consensos sustantivos. Investigar este terreno lleva al analista, ineluctablemente, a transitar por arenas movedizas. Para franquearlas es necesario tomar una multiplicidad de decisiones metodológicas desde el inicio de la trayectoria. Es precisamente aquí, en este terreno, donde suelen surgir fuertes debates. Nuestra perspectiva y los hallazgos que sometemos a consideración del lector no escapan a la controversia. No ha sido nuestro propósito situarnos más allá de la crítica, sino todo lo contrario: partir de ella para ofrecer una visión alternativa sobre los principales problemas de integración social que hoy en día enfrenta una franja de las clases medias en Costa Rica. La tesis principal del libro sostiene que la transición hacia un modelo de acumulación globalizada ha erosionado la capacidad de integración social que el modelo desarrollista permitió construir en Costa Rica en la segunda mitad del siglo pasado. Al menos un contingente significativo de este grupo social ha quedado expuesto, estructuralmente, al riesgo de empobrecimiento. Su vida transcurre, cotidianamente, en una lucha constante contra las fuerzas que provocan su pauperización. Se encuentran, precisamente, en el límite, viviendo en el borde entre la pobreza y la integración social. Para este grupo, la nueva dinámica económica y los cambios institucionales en que esta se sustenta no representan, como en el pasado, una ventana de oportunidad, de cara al logro de un mayor bienestar social futuro, sino una amenaza latente al ejercicio de sus derechos ciudadanos.
